
"Si el periodismo no es crítico, no es periodismo". Frase contundente. Al menos en apariencia. Pero, ¿qué significa? ¿Crítico con qué, con quiénes? Este momento de nuestra historia sirve muy bien para ejemplificar lo que voy a intentar decir. Parecen existir dos corrientes de "periodismo crítico" en el universo mediático. Podemos ubicar en una a aquellos que sostienen que
siempre se debe criticar al gobierno. El periodista se convierte así en una especie de
fiscal de la Nación. Un ejemplo de esto nos lo da Lanata, que es un crítico puro, no importa qué haga un gobierno, no importa el modelo que sostenga, ni la ideología en la que se construya, él siempre debe oponerse y cuestionar todo, aún contradiciendo lo que afirmaba vehementemente durante el gobierno anterior. El mérito y su credibilidad radican en el simple hecho de la la crítica. En la otra corriente están aquellos que sostienen que
debe criticarse al poder real, que no siempre está en el gobierno. Se trata, la mayoría de las veces, de periodistas que comulgan ideológicamente con el modelo sostenido por el gobierno, se alinean tras sus banderas y se postulan como
fiscales de la Nación soberana ante los intereses que lo único que intentan es desestabilizar. En este movimiento cierran filas y nada critican al gobierno, nada. Un ejemplo claro de esto nos lo da Tiempo Argentino.
Creemos nosotros que el periodismo debe ser crítico, muy crítico. Y para hacerlo debe estar permanentemente atento, para no transformarse en vocero de ningún interés. Un buen periodista debe aclarar permanentemente, debe abrir el juego, poner en duda todo lo que afirme. No debe ponerse nunca ninguna camiseta. Debe dejar el fanatismo de lado. Debe defender su ideología, claro, y desde ella preguntarse y criticar.
Al único que no debe traicionar nunca es a sí mismo, con eso le alcanza. Alguien que cree que criticar alguna medida del gobierno nacional es hacerle el juego a la derecha, o ser un cipayo, no es periodista,es vocero de un partido. Igualmente, todo aquel que afirma que hablar bien de alguna medida gubernamental es ser un empleado, o un mercenario no es un periodista, sino un empleado, o un mercenario.
Creemos desde este espacio que lo aquí dicho le asiste a todos, no solamente a los periodistas.
DON CHICHO