El triunfo del gobierno en las elecciones nacionales fue como un huracán que arrasó con todo, incluso los falsos enunciados que pretendían instalar varios sectores de la oposición. Uno de los pilares de Macri, Duhalde, Carrió y De Narváez, en sus intentos de desestabilizar al gobierno, fue decir que estábamos borrados del plano de la política mundial, que nos aislábamos cada vez más, que estábamos con Chávez y Evo, solos, en un cuarto oscuro y sucio del culo del mundo. Pero el huracán pasó…
¿Saben qué? No creo que estos señores estén tan equivocados, igualmente. Es cierto que Argentina perdió el lugar que tenía en el mundo. Seguramente en los antros financieros internacionales nos extrañen. Se les fue un cuerpo dócil, servil, proclive a satisfacer los deseos de los amos en jugosas relaciones carnales. Esa Argentina no está más. Ya no nos abusan como antes, ahora gozamos, pero elegimos posiciones, y lo hacemos cuándo y cómo queremos.
Para los que consideran que el lugar de Argentina es el del esclavo que se ofrece para probar planes económicos, o para dar su sangre económica para transfundir a los mercados centrales, o que acepta sin chistar dedicarse exclusivamente a exportar los dos o tres granos que le ordenan; para esos, claro que estamos aislados del mundo.
No sé cuáles serán los alcances que esto tenga en la realidad de las relaciones internacionales, pero Argentina, claramente, ocupa hoy un lugar activo en las discusiones políticas internacionales. Y está quedando demostrado en la cumbre del G-20. El país que antes decía Si, Wana, ahora recibe pedidos de receta de los líderes de las principales potencias, y hasta está en condiciones de decirles, de igual a igual, que los planes que piensan implementar, por ejemplo en Grecia, están condenados al fracaso y a la intensificación de la crisis.
Porque nuestra presidente será lo que será, tendrá carteras más caras o más baratas, amigos más o menos corruptos, pero está muy orgullosa del país que gobierna. Se planta ante los líderes mundiales y les dice que tengan cuidado, que ordenarle al gobierno griego que de marcha atrás con un referéndum en su país, que podría boicotear las políticas de ajuste extremo que exige la comunidad europea, es un claro embate a las democracias. Y que Argentina pueda decirle esto al mundo, señores, seamos más o menos adherentes a este gobierno, habla de que tiene las manos libres y tiene poder de decisión.
DON CHICHO
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