Alcahuetes de Cristina

Existe algo peor que un traidor, algo peor que un hijo de puta, algo peor que un autoritario, que un facho. Existe algo peor: El alcahuete del traidor, del hijo de puta, del autoritario y del facho. Un alcahuete es un pusilánime, un facilitador de disfrutes ajenos que no disfruta nunca. Un alcahuete es un servil. Un alcahuete le arregla las cositas al que alcahuetea para que este no se haga problema por nada. Olmedo tenía un personaje que le concedía todos los deseos a su jefe privándose él y su familia de lo que el jefe le pedía, esperando que algún día se diera cuenta y lo ascendiera. Ese tipo, el que decía "éramos tan pobres", era un alcahuete. Un alcahuete no tiene vida propia, vive de las limosnas de su amo. Un alcahuete no tiene límites, ni pudor, ni moral. Un alcahuete es un tipo de temer.
Parece ser que en Tiempo Argentino, en un recordatorio de los Juegos Olímpicos de Londres no pusieron la foto de Del Potro, ganador de una de las cuatro medallas, y lo mencionaron apenas. Además, hoy titularon, a lo Clarín, "Del Potro cayó al 9° puesto", casi disfrutando... Parece ser que Delpo no aceptó la invitación de Casa Rosada para ir a ver a Cristina cuando ganó el US Open, hace un par de años, porque no estaba de acuerdo con las políticas argentinas en torno a las retenciones a las importaciones agrícolas. Esto, para los alcahuetes, es imperdonable. Si piensa en algo distinto que el amo, se debe destruir. Un alcahuete es, además, un gran idiota. ¿Se creen que negando a Delpo le hacen un favor al gobierno nacional? ¿Cuán estúpidos pueden ser? Dan mucha pena, porque se desdibujan, porque pasan a ser lo mismo que lo que critican, porque son autoritarios que la van de libertarios, porque anhelan un pensamiento único que les saque el miedo.
DON CHICHO