¿Cristina es Khadafy?

No se asusten, el título no tiene que ver con una duda real. Podría ser, sí, la pregunta articuladora de la edición de La Nación de hoy. Ustedes dirán "che, otra vez este hombre criticando al prestigioso diario La Nación", y tendrían ustedes razón si se tratara de una crítica al diario. Pero no. Va más allá, tiene que ver con cómo se construyen ciertos pensamientos ideológicos que se instalan en nuestras cabecitas y nos hacen decir y obrar en consecuencia a veces, sin darnos cuenta siquiera. Y, ojo, esto puede valer tanto para diarios "oficialistas" como "opositores". La cuestión es estar atentos y saber leer.
Leamos pues este simpático diario. ¿se acuerdan de que hablábamos el otro día de la evidente maniobra de algunos opositores, diarios o políticos, para presentar al gobierno nacional como un gobierno fascista? Bien, en ese camino parecen estructurar la edición de hoy.

 Hagamos juntos el camino. En la tapa el cadáver de Khadafy rodeado de gente que festeja. El copete de la nota dice, entre otras cosas, "...los rebeldes lo sacaron (de un caño) y lo mataron; alivio mundial, júbilo en Libia" En la invasión de la Otán a Libia y la masacre desatada, La Nación parece tener claro de qué lado ponerse. Ya dijimos varias veces que Khadafy era un dictador, que muchas libertades no daba, que mataba opositores, y varias barbaridades más; eso está dicho. Ahora, lo que hizo la Otán, se llama invasión, asesinato, saqueo y cagarse en la autodeterminación de los pueblos. Sigamos porque este no es el tema. Las primeras seis páginas, La Nación las dedica al asesinato del libio. En la cuarta página nos sorprende una foto de Cristina junto a Khadafy, en 2008, cuando Cristina visitó Tripoli por asuntos comerciales, como lo hizo Bush, Zapatero, Sarkosy, y muchos otros. Interesante publicar esa foto. Podría deberse a una casualidad o no, tampoco quiero ser más paranoico de lo que soy, la cuestión es que el diario decide  "pegar" a nuestra presidenta con el, líneas arriba, nombrado asesino, líder faraónico, bestia política y muchas cositas más, vayamos a saber con qué intenciones. Pero espere, no se vaya que la cosa sigue. Uno sigue leyendo y avanzando páginas hasta que llega a la novena y se encuentra con este título: "Rodríguez Sáa comparó a la Presidenta con Khadafy" . ¡Aaaaaah! ahí es donde el círculo les cierra. Miren lo que dijo el puntano: "La señora Presidenta está en la línea Khadafy-Chávez, toda esa gente que practica el fundamentalismo (...) Esto (relacionó la que pasó en Libia con la realidad nacional) nos tiene que alejar a los argentinos del fundamentalismo, la violencia,  las luchas y las pasiones irracionales, y buscar la unidad nacional".
Parece muy fácil ver el recorrido que hicimos, ¿no? Bueno la mayoría de las veces nos tragamos el sapito. Porque por separado, cada una de las tres noticias no parece ser nada del otro mundo. Una posición claramente alineada a las políticas internacionales de la derecha planetaria más rancia, una picardía del editor en la foto de Cristina y Khadafy, y una muestra más de la verborragia impune del Alberto. El tema es cuando se estructuran, porque van armando una telaraña ideológica que parece construir la realidad política nacional; y los que confían en los diarios se la morfan sin masticar. ¿Y saben qué provoca el machaque subliminal constante de una supuesta realidad? que en algún punto comience a operar. Seguramente leyeron estos días en varios medios el título "los K se quedarán con el congreso" o "los K se apropiarán de diputados"; esto, que parece un simple título, instala la idea de que un grupito de políticos va a hacer lo que quiera,  sin importarle "lo que opina la gente". Y de esta manera, leyes importantes que se aprueben van a entrar en duda, van a poder ser cuestionadas por haber sido dictadas en  cierto aire de ilegalidad.
Para terminar, creo que es preocupante el camino que toma cierta opinión pública diestra y que se refleja en el diario de los Mitre. Porque si juntamos el aislamiento del mundo, la falta de diálogo, la falta de peso del congreso, la persecución a periodistas y políticos, y demás mentiras que insisten en querer instalar los popes de la oposición, se arma una realidad virtual que presenta al gobierno nacional como una dictadura bananera que hambrea a sus habitantes, expulsa extranjeros, cierra sus mercados y cercena libertades. Esto, sabemos, es cartón pintado, pero las conspiraciones del poder internacional pueden realmente destruir economías, y las balas de las fuerzas de paz matan de verdad.
DON CHICHO.