jueves, 6 de octubre de 2011

“Profecías auto cumplidas”

El diagnóstico de De Mendiguren (titular de la unión industrial argentina) y directores del organismo se resume  en una frase que representa tiempos que se avecinan: “Esta claro que la crisis no va a pasar de largo sin que afecte el país”.
La siderurgia por ejemplo sigue la evolución de la exportación de autos que ha tenido cierto freno en los últimos días.También el sector alimenticio tiene la misma inquietud.
Esto refuta literalmente a la presidente cuando enuncia que el país no fue afectado por las crisis. Estos comentarios  sólo aportan más a la confusión general, de parte de quienes no saben nada sobre el tema y lo leen o escuchan y en quienes se pueden sembrar mensajes apocalípticos sobre situaciones que no poseen tal déficit. Basta recordar a los gurúes de la economía a principio del año 2009 que decían que la producción de automóviles estaba muy baja y que iba a empeorar en el transcurso de ese año,  aunque por el contrario va, según cifras oficiales(entes privados incluidos) siguiendo el camino de los mejores períodos .Entonces, terminemos con el doble discursos y empecemos a construir unidad y conciencia social y no tiremos al aire  profecías sembradoras de miedo.Como decía patilla (¿sabemos a quien nos referimos no?) en su primer slogan de campaña:  revolución productiva con un empresariado argentino consustanciado con su patria de una vez por todas. He dicho
.Don Cosme.

1 comentario:

  1. Es indudable que Argentina está ubicada en el globo terráqueo. Que las condiciones creadas después del default, la gran quita en la deuda externa y la acción combinada de los últimos dos gobiernos produzcan la felíz consecuencia de un presente mucho mejor que el que nunca tuvimos, no significa que no sobrevengan remezones. Más aún cuando no se sabe qué va a pasar en el resto de los "paises serios" - ahora llenos de "indignados" - en el futuro inmediato.
    Pero lo que realmente enferma, es que los deshilachados opositores, medios, economistas y
    políticos se froten las manos esperando que las cosas nos vayan lo peor posible. Gente indigna, sin dudas.

    Saludos
    Tilo, 70 años.

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