Una cosa es clara, la actualidad del país no sería tal si no lo hubiera gobernado Néstor Kirchner.
No viví en Argentina durante los dos primeros años de su mandato, por lo que me había formado una imagen de él por lo que mis amigos me contaban. Cuando regresé, me puse a ver qué onda con el pinguino. Fue muy claro un indicador para empezar a definir de qué iba la cosa: sus enemigos políticos. De repente un tipo, o mejor, un proyecto político, propiciaba que del otro lado de la calle se juntaran muchas de las lacras que habían devoraron al país en las décadas pasadas. La SRA, las cúpulas militares, Duhalde, Me(n)em, los gordos del periodismo diestro, La Nación, Clarín, las doñas Rosas que invaden la opinión púbica. Y propiciaba también, claro, que de su lado se quedaran gustosas todas aquellas personas o fuerzas que habían sido marginadas de las tomas de decisiones en la patria: Organismos de Derechos Humanos, Organizaciones sociales, Pueblos originarios, Trabajadores organizados, Artistas, Deportistas, Científicos, y muchos más. Esta división de aguas fue para mí muy clara en ese tiempo, como lo fue un concepto que no termina de ser rotundo lamentablemente, la transversalidad, que arrimaba lo bueno de sectores políticos que antes, los puristas del peronismo, no dejaban ni asomarse en el campo social.
Después, claro, fueron presentándoseme las muchas acciones políticas que realizó el gobierno de Néstor Kirchner con las que comulgo en un todo con muchas de ellas. Aunque si me apuran, les digo que por lo que yo creo que se lo debe recordar a Néstor es por posibilitar un proyecto Nacional y Popular, por llenar la patria de sus semillas. Por eso digo que este año fue con él, y por él. Porque, pongámonos en opositores de pacotilla por un instante, y critiquemos por ejemplo, sus políticas de Derechos Humanos, sus relaciones con los demás jefes de Estado, sus políticas sociales, la estatización de empresas claves, el fin de relaciones de esclavitud con el FMI, y otras cositas; y digamos que fueron todas cuestiones cosméticas, de cara al electorado, para calmar a las fieras, y que no se trata de políticas de fondo. Bueno, yo digo, que de ser así, cosa que no creo, ya sería trascendental en la historia argentina. Fue mucho más que eso, pero de haber sido sólo eso, sería algo extraordinario, porque instaló el país en un lugar serio, digno, en el que se discute, de verdad, políticas de Estado, proyectos de país. Porque fíjense bien, que lo que se le criticaba era su aspecto, su manera de hablar, si era amigo o no de Chávez, si gritaba más o menos, y nunca se dieron cuenta de que lo que se discute desde su aparición es el contenido y no las formas, que eso de la imagen era muy menemista y el país es otro, cambió, y eso sí, señores, se lo debemos a él, y a nosotros por hacer nuestro su proyecto.
DON CHICHO
Excelente Don Chicho... es así, pero es tan jodido recordarlo por una cosa! Yo quise hacerlo en mi blog y terminé escribiendo sobre todo (y me debe haber faltado tanto) y Página 12 sacó un suplemento SOLO de notas sobre distintas cosas de él... es que por tantos costados se notó que fue un campeón!
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