Me parece que la cuestión del videíto ese en el que le pegan a un chico (según se dijo en todos los medios, porque era gordo), no es la violencia descarada, o la discriminacion. Estoy seguro de que esos humanos que le pegaron a otro cobardemente, y lo degradaron, sabían que cometían un acto aberrante. Se sintieron a resguardo porque aunque sea de acceso masivo, la red, al ser tan universal e impúdica, asegura cierta protección ante una posible sanción. Los tipejos esos que agredieron, en patota, se sabían impunes. Pero no creo que se trate de un hecho que refiera a un violento ejercicio de descarga de agresión social ni personal. No, se trata de otra cosa.
Como bien dijo Don Cosme en el artículo anterior a este, el plus de goce, de disfrute fiestero que llevó a esos miserables a denigrar a una persona, pegándole, escupiéndolo o insultándolo, da igual, fue poder grabarlo y mostrarlo. Ese es el centro del tema.
Estamos en una etapa superior de la era de la supremacía de la imagen. Los últimos años, se dijo, que mejor que ser es parecer. En los medios cualquiera iba, hacía como si fuera tonto, como si fuera galán, como si fuera machista, como si fuera intelectual, como si fuera prostituta, como si fuera honesto, como si, siempre como si..y esa era la gracia; .porque el espectáculo era así, realidad ficcionada. Desde hace muy poco la cosa cambió, se radicalizó y se salió de su cauce. Y así como si uno quisiera saber cómo era el desconche en el imperio romano bastaba con asistir a una comilona o a una orgía, en estos tiempos basta con encender la tele. Y como ejemplo mayor, no único, podemos tomar a Showmatch en todas sus versiones y apéndices. Yo no creo que ese programa nefasto y demoníaco que le pudre el cerebelo medio a la gente sea culpable de nada, es como pensar que las orgías hacían a los romanos del imperio amantes del sexo grupal y promiscuo. Nada es tan simple, señoras y señores míos.Cualquier realidad debe ser vista como una estructura compleja, un proceso en constante movimiento. Algo seducirá a 15 palos de personas para mirar every night el programa de Marce, y eso no es propio del programa. Muchos años de políticas activas buscaron desarmarnos ante la invasión cultural y nos hicieron adictos a drogas muy baratas y tóxicas. Porque no es el baile lo importante, sino el culito de la bailarina; no es central que sea un gran bailarín sino que se la come por popa jajaja, y así ya nada importa, sólo queremos que no nos nominen.
Aún no tenemos noción, me parece, de lo enorme que es el proceso de cambio que se está produciendo en estos años en la capocha de muchísima gente (no digo en el pueblo, para no irme a la merda) en relación a los medios y a la comunicación en general. Ya no se tragan tantos sapos como antes. Estamos muy paranoicos, es cierto, pero es una primera etapa de la metamorfosis. Cuando las aguas se calmen, estoy seguro de que vamos a ser mejores lectores, receptores activos y críticos on-line. Y esto va a ser tranqui, "normal". En muchos países del mundo la gente sabe el pensamiento político de todos los comunicadores, y los lee o los escucha en consecuencia. Los periodistas deportivos dicen de qué equipo son hinchas, y ningún problema. Piénsenlo, esas opiniones son más libres,.
Volvamos. La crítica despreciativa a programas como Showmatch o Gran Hermano, no hace otra cosa que consolidarlos. Si se quisiera paliar sus efectos devastadores, creo, lo más indicado sería hacerlos visibles lo más que se pueda. Elemplificar con sus imágenes temas como la cosificación de los sujetos, la denigración de las minorías, la instalación de la certeza de que el talento y el esfuerzo no valen nada ante la simpatía y la buena onda que se le muestra a los agentes del poder, etc, etc, etc, etc...De esta forma el enojo y la indignación se va. Sin el brillo fálico que le ponemos, el programa es extremadamente aburrido. Contra lo que sí se debe luchar es contra la nada que propone. La lógica de que todos podemos hacer todo, en todo momento y a cualquier precio, y que eso es extremadamente interesante. Esto es lo peligroso, porque aniquila las defensas del intelecto. La nada chupa, y sólo produce más nada.
Ante la violencia propongamos la educación, le dijo Freud a Einstein en relación a qué hacer contra las guerras tremendas de principio de siglo pasado. Me gusta creer que la gran cantidad de series de ficción y programas culturales y educativos que están apareciendo en las grillas televisivas, es un contrapeso necesario y poderoso a la era del vacío. Debemos, si lo creemos importante, defenderlas.
DON CHICHO
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