Se que estoy medio obsesivo con este tema, pero me parece crucial para la convivencia de los argentinos y el mejoramiento de su stress.
Algunas son las veces que he declarado el mal estado en que se viaja y si sobre llovido mojado nos adaptamos a este sistema y la empeoramos.
Paso a explicar. En el tren se produce el hábito de quienes quedaron en los últimos vagones con respecto a las dos estaciones cabeceras como son Once y Caballito. Lo increíble es que para eso así sea con vagones atestados de gente emprenden titánica labor a codos y empellones (porque el gracias no abunda) hasta llegar al primer vagón, para ganar ese mísero tiempo que nos les impida llegar tarde a su trabajo.
Otro de las prácticas sociales de una metrópoli subdesarrollada. He dicho:
Don Cosme.
Don Cosme.
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