El sábado vi el partido de la selección argentina junto a
varias personas. La mayoría de los hombres quisimos verlo por la Tv Pública más
que nada porque, creíamos, relataba “El Pollo” Vignolo. Ahí empezó todo. Una
aclaró que se bancaba ese canal sólo por el mundial. Otro decía que no había
que darle rating (con una lógica de empresa privada que daba más pena que
risa). Otros despotricaron no sé qué cosa cuando en pantalla apareció la
bandera que decía “Fuera fondos buitres”. Luego, durante el partido, esas
mismas personas, y otras, criticaron a Sabella duramente por su manifiesta
afiliación a las políticas del gobierno nacional.
¿Qué lógica extraña me aleja de entender el fanatismo
psicótico que lleva a alguien a denostar, odiar y ningunear TODO (sea lo que sea)
lo que tenga que ver con la referencia a un color político, social o cultural?
Y pongo énfasis en el TODO, porque si un partido, político o ideología no les
gusta por algún motivo todo lo que haga, por acción u omisión, será negativo.
Este fanatismo o discriminación masiva, expone a las
personas que lo practican a altos grados de idiotez y siomismo. No permite
analizar la realidad críticamente. Instala la lógica futbolera del blanco o
negro. Y este virus simio no discrimina banderías partidarias. Se expresa tanto
en aquellos que tildan de traidores a la patria a quienes cuestionan el
nombramiento de Milani, los acuerdos con la megaminería, o dudan del progresismo de Boudou; como en
los que no miran la Tv pública para no apoyar al gobierno, critican todas las
políticas sociales para restarle cualquier mérito a sus impulsores, o festejan la
resolución a favor de los fondos buitres porque creen que jode al gobierno y no
al país todo.
La gran macana en todo esto es que se hace difícil discutir
de política. Se defienden nombres, o etiquetas, y no se habla de acciones
políticas, de ideología práctica. Nos ponemos la camiseta y ¡vamo lo pibe! Aunque
ganes o pierdas no me importa una mierda…a tragar sapos porque lo que importa
es no bajar los trapos… Y es una macana por dos cuestiones, 1) el
conservadurismo se acomoda mejor en movimientos rígidos, verticalistas,
corporativos y 2) las camisetas se las puede poner cualquiera, y uno se puede
descubrir defendiendo a Messi… y al Chiqui Pérez. Hojaldre.
DON CHICHO