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El mítico libro perdido |
El prestigioso diario La Nación, este domingo en su tapa, nos da una clase magistral de cómo se arma una nota (o de cómo se inventa una noticia, si usted prefiere), a partir de datos y relaciones falsos e inconsistentes.En la campaña que montaron ciertos medios para ubicar al gobierno argentino dentro de la ideología fascista, siempre viene bien que un amigo político y socio estratégico, como lo es Chávez, sea visto como el nuevo Hitler, o un Stalin parte 2. Y para la opinión pública media argenta, el principal sinónimo de nazismo o fascismo, es el antisemitismo, por lo que se debería poder lograr mostrar al Presidente venezolano como un enemigo del pueblo judío. ¿Pero cómo se logra esto? Armando una noticia, claro.
(Sería genial que hiciéramos el ejercicio juntos por lo que recomiendo leer la nota previamente, por lo que al final de esta entrada agregué el texto entero, el que salió publicado, para que si quieren puedan leerlo).
Veamos, el único dato real que escriben es una declaración que hizo Chávez en el 2010 tras un ataque del ejército israelí a una flota de ayuda humanitaria, dijo: “Maldito seas, Estado de Israel” A partir de aquí, en toda la nota no hay más declaraciones, en este sentido, del presidente venezolano. Une esta declaración a unas pintadas que aparecieron en las paredes de una sinagoga en Caracas y dice que en Venezuela hay un irrespirable clima antijudío. Es decir, se apoya en datos inconsistentes y ajenos a la conclusión. A ver, primero, que Leandro Uria, quien firma la nota, se de una vuelta por los cementerios judíos de Ciudadela o Morón y mire las paredes, llenas de pintadas que hacen referencia al pueblo judío. ¿Seremos el cuarto Reich? ¿Cristina no era comunista?..Segundo, merece un debate más profundo que el que podemos darle aquí, pero Estado de Israel y Pueblo Judío no son sinónimos. Millones de Judíos no forman parte del estado de Israel, sí de Jerusalén, sí del Sinaí, sí del muro, pero no de Israel. Afirmar que alguien es antijudío porque critica una acción ilegal de Israel es extremadamente tendencioso y procura, sin dudas, manipular. Después, el prestigioso diario publica que es claro que Chávez es antijudío porque es socio comercial, como Presidente, de Irán y Libia (“Los Estados Radicales Árabes”, dice Uria, usando el adjetivo árabe como adjetivo no gentilicio, atención Inadi). ¿Tenemos que creer que los muchachos de La Nación desconocen las excelentes relaciones de EEUU con Sadam Hussein, Bin Laden y el mismo Khadafy hasta 5 minutos antes de invadir sus países para robarles el petróleo? ¿No estarán subestimando a sus lectores?
Luego dice que Chávez acusó alguna vez a Israel de financiar a sus opositores, y al Mossad de conspirar en su contra. ¿Esto es señal de su antisemitismo? Esta lógica puede llevarnos a pensar que si yo denuncio los abusos de ciertos curas pedófilos, soy un enemigo de la fe cristiana y quiero su aniquilación. Ciertamente, un pensamiento pueril.
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Chávez con un rabino , en Caracas |
Luego publican estas declaraciones de Chávez "Han intentado hacer una campañita de que soy antijudío, enemigo de los judíos; en verdad, respetamos y queremos al pueblo judío", dijo entonces Chávez, y agregó: "Los revolucionarios no pueden ser antisemitas". "A ellos mi respeto, mi afecto y que cuenten con el respeto [...] del Estado bolivariano". Pero dicen que de nada sirven porque no reanudó relaciones diplomáticas con Israel…¡Y dale con Pernía! Siguen aferrados a esa relación inconsistente pues, parece, es lo único que tienen.
Y por último, lo mejor; se toma de una declaración, aparentemente, antisemita de una periodista, Cristina González, y dicen que es la opinión de Chávez, porque la periodista trabaja en una radio pública estatal.
Todo esto (fíjense bien porque hay mucho más) es un clarísimo ejemplo de cómo se arma una noticia para tirar a la opinión pública un tema e instalarlo. Es una estafa. Es dar algo que no es lo que dice ser. Es una nota armada. Es una mentira. Es tirar una noticia falsa y justificarla con información falsa y pueril. Es una vergüenza.
DON CHICHO
(La nota de La Nación)
Silencioso éxodo judío de Venezuela
El número de miembros de la comunidad bajó a la mitad en 10 años de gobierno de Chávez
"¡Maldito seas, Estado de Israel!" Pese a su carácter explosivo, estas durísimas palabras, pronunciadas en junio de 2010, por Hugo Chávez tras el ataque israelí a una flota de ayuda humanitaria que intentaba llegar a la bloqueada Gaza, lejos estuvieron de sorprender a la colectividad judía venezolana. Chávez ya había roto relaciones diplomáticas con Israel en protesta por la ofensiva judía en Gaza, en 2009. Esa decisión fue precedida por el allanamiento en el club Hebraica, de Caracas, en diciembre de 2007, y los destrozos y las pintadas antisemitas en una sinagoga , también en la capital. Todo esto, sumado al fuerte impacto que tiene en la economía la ola de expropiaciones de compañías por parte del chavismo, está provocando "un éxodo silencioso" de la comunidad judía de Venezuela, dijo a La Nacion desde Caracas el analista político venezolano Carlos Romero.
Según estimaba a fines del año pasado la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), el número de judíos en ese país se había reducido a la mitad en 10 años de mandato de Chávez: en 2000, un año después de que el presidente venezolano asumiera el gobierno, había unos 18.000 judíos en Venezuela contra los 9000 que se verificaban en 2010, según la entidad.
El analista político venezolano Nelson Bocaranda fue más allá y dijo a La Nacion que ya se han ido del país "entre el 60 y el 80%" de los judíos que había en Venezuela cuando asumió Chávez. Al parecer, sus destinos preferidos son las ciudades norteamericanas de Miami y Nueva York.
"Antes de que Chávez llegara al poder en Venezuela, los sentimientos antisemitas eran insignificantes. El antisemitismo actual en dicho país es, esencialmente, una consecuencia de la declarada hostilidad del gobierno contra el Estado de Israel", afirma un documento emitido el año pasado por la Liga Antidifamación, con sede en Estados Unidos. "Dicha hostilidad está relacionada con la íntima relación de Chávez con el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad", añade.
El presidente venezolano es el mayor aliado regional del presidente iraní, que, entre otras cosas, en 2005, dijo: "Israel debe ser borrado del mapa", y cuyo gobierno acaba de ser acusado por funcionarios estadounidenses de planear una ola de atentados contra objetivos israelíes y sauditas en Estados Unidos y en la Argentina.
"Yo creo que un componente fundamental de la política exterior de Chávez es coincidir con los Estados radicales árabes y con Irán -dijo, por su parte, Romero-. Y ese contexto internacional ha repercutido en la comunidad judía en Venezuela. No sólo se rompieron las relaciones con Israel; también hay señales de hostigamiento contra los judíos venezolanos."
Romero añadió que Chávez rompió con la tradición venezolana de "mantener un equilibro en sus relaciones con Israel y los países árabes". Esta postura "se mantuvo aún en los momentos difíciles" como los enfrentamientos bélicos entre Israel y varios países árabes, que se produjeron en la guerra de los Seis Días, de 1967, y en la de Yom Kippur, de 1973.
Cierto es que Chávez -que ha acusado a Israel de financiar a la oposición y al Mossad de conspirar para asesinarlo- se reunió con la comunidad judía para limar asperezas en septiembre del año pasado, en una reunión para la que, según afirman los medios en Venezuela, intercedió la presidenta argentina, Cristina Kirchner.
HOSTIGAMIENTO
También influyó en la disposición de Chávez al encuentro que el ex presidente cubano Fidel Castro -una suerte de padre político para el venezolano- le pidiera entonces a Ahmadinejad "dejar de difamar a los judíos".
"Han intentado hacer una campañita de que soy antijudío, enemigo de los judíos [?]; en verdad, respetamos y queremos al pueblo judío", dijo entonces Chávez, y agregó: "Los revolucionarios no pueden ser antisemitas".
"A ellos mi respeto, mi afecto y que cuenten con el respeto [...] del Estado bolivariano", continuó Chávez.
De todos modos, estuvo lejos de reanudar las relaciones diplomáticas con Israel. Y siguió defendiendo la alianza con Ahmadinejad, a quien llama su "hermano" y con quien tiene ambiciosos programas de cooperación en el área energética, industrial y habitacional.
Chávez también insistió en su alineamiento con Estados árabes radicales, como lo fue la Libia de Muammar Khadafy y como aún lo es la Siria de Bashar al-Assad, ahora en el ojo de la tormenta por la sangrienta represión al levantamiento opositor en los últimos meses.
Pero esto no es todo. También hubo hostigamiento a los judíos del poderoso aparato de medios públicos en manos de Chávez: en abril pasado, la periodista Cristina González, de la Radio Nacional de Venezuela, leyó al aire párrafos de los Protocolos de los Sabios de Sion, un panfleto antisemita y los calificó de "interesantes".
Tras la polémica emisión, la CAIV pidió que se investigara el hecho y la Liga Antidifamación acusó a Chávez de haber incumplido en forma flagrante sus palabras de septiembre del año pasado, en el sentido de que rechazaba el antisemitismo y respetaba al pueblo judío venezolano.