Ustedes saben, mis amigos, que me gusta hurgar en las profundidades de las entreveradas relaciones humanas.
Y en este caso y con una nueva práctica social paso a ejemplificar un nuevo hecho.
En mi trabajo hay un sector en el cual se están haciendo reparaciones.
El lugar en cuestión es el tablero eléctrico de las diferentes fases de un sector..
Hay en la puerta un cartel bien grande (como esos que hay en las obras de construcción, viste…) que dice “peligro no entrar”.
Bueno, reconozco que como no puedo fumar y este lugar estaba ahí me metí a echarle una pitada y ha explorar el lugar. Sé que me van a decir "qué vas a criticar si vos fuiste quien se introdujo en las fauces del lobo". Bueno, es verdad pero ahí descubrí esta práctica que se presentó a través de la imagen que tenía frente a mis narices: un cenicero repleto de puchos.
Asociando pensé, yo me siento medio culpable porque estoy transgrediendo las normas pero estos que están en la construcción restringen el área y fuman sin cesar. Quién nos da el derecho de tomar ese espacio que no era mío ni de ellos, sino de todos, por que tenemos el poder para hacerlo? This is the cuestion.He dicho.
Don Cosme.
Don Cosme.
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