Ante todo ningún acto amerita una represión como se dio en la avenida 9 de julio por el acampe realizado por ex soldados que a pesar de no haber estado en el campo de batalla estuvieron del otro lado de la orilla a la espera de hacerlo. Esa situación, per se, produce miedo porque el hecho tiene posibilidad de producirse. Sumado a esto, a ninguno le preguntaron si quería o no dar la vida por su patria.
Estas razones más todo lo que significó Malvinas como proceso histórico merece que, quienes participaron de aquella epopeya, ideada por unos idiotas para mantenerse en el poder, tengan su recompensa de acuerdo a su participación en los hechos.
No es extorsionar (así fue el anuncio de Nilda Garre al referirse a los soldados) es pedir lo que corresponde, y en todo caso si se aprovecha una situación bienvenida sea para recuperar parte de nuestro territorio pero también para lavar las heridas internas de nuestra historia. Esta vez el discurso del gobierno no estuvo a la altura de las circunstancias. He dicho.
Don Cosme.
Don Cosme.
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