Jorge Fernández Díaz, en su editorial del domingo en La Nación (el diario), cuenta cómo funciona La máquina de triturar periodistas. Clarín no miente, La Nación tampoco, Perfil no tira fruta, y Tiempo Argentino no exagera ni maquillas noticias; la culpa de todo la tiene el gobierno nacional, que armó un comando que rastrea los diarios y organiza estrategias de difamación y ocultamiento. Al parecer, el procedimiento es el siguiente: funcionarios públicos le dan información falsa a los periodistas y una vez que la publican, la desmienten y acusan a los medios de fabuladores. ¿Qué fácil, no? Asi de perverso es este gobierno, y así de inocentes son los medios.
Pero el relato de Fernández Díaz se muerde la cola. 1º) Ubica a los medios como una tábula rasa que publica lo que los periodistas creen conveniente sin siquiera leerlo. Medios apolíticos. Periodistas independientes y libres a la hora de publicar. 2º) Dice en la nota que los periodistas saben los nombres de los funcionarios que tiran adrede carne podrida para después salir a escarchar medios, pero que no los nombran para no romper el off de record… ¿Perdón? ¿Me está diciendo que Clarín y La Nación, o Tiempo Argentino, si quieren, tienen pruebas de que estos comandos difamatorios o un alto funcionario (digamos de Vido) realiza este juego de mentir para luego difamar medios y NO LO DICEN, Y NO LO PUBLICAN EN TAPA? Hacen muy mal, eso es autocensura o, peor, encubrimiento. Son cómplices de aquello de lo que se quejan. Y 3º) Fernández Díaz abre una puerta interesante para herir de muerte un concepto abstracto y perverso: el periodismo objetivo. En dos oportunidades, tratando de ubicar, supongo a los periodistas como seres puros e inocentes en medio de una guerra que llevarían adelante los medios y el gobierno nacional, dice que son honestos muchachos de la infantería, que se juegan la vida en el pantano. La cuestión, Jorgito, es que los muchachos de la infantería pelean por uno de los dos bandos y defienden (quieran o no) una bandera política. Además, los gurkas también son infantes.
Esta editorial atrasa. Fernández Díaz parece no darse cuenta de que ya nadie en este país va a leer un diario inocentemente. Se está produciendo un giro extraordinario en el periodismo argentino. Los velos se cayeron, ahora todos deben hacerse cargo de sus dichos. Raro en Fernández Díaz, tan irónico y sarcástico su editorial de este domingo nos toma como idiotas tan descaradamente que da pena.
DON CHICHO
DON CHICHO
Vos solo te mordes la cola, no hay dos bandos. Estas hablando de un "nosotros y ellos"? Hay 40 millones de bandos, cada uno participa de su propia guerra diaria por sobrevivir, viva en Palermo, en Salta, en Rawson o en la Quiaca, tenga el ingreso que tenga. Es deber del Gobierno garantizar la libertad de cada uno de ellos. La vision dualista es la de los ricos que tienen la plata que los pobres no. y eso es una equivocacion. La riqueza se crea, no se distribuye, no es estatica. Mientras se luche por un "nosotros" contra "ellos", nunca vamos a avanzar como nacion.
ResponderEliminarQuerido Manolo, me referí siempre al trato de noticias, al manejo de la información, y al intento de sugestionar en pos de algún beneficio. Ahora, en referencia a lo que vos decís, estoy totalmente de acuerdo en que no debe verse la realidad bajo la lógica del blanco o negro, si lees mis artículos te darás cuenta. Cuestionar a los dueños de la información, sostengan las ideas que sostengan, es básico y no nos ubican en ningún "bando", cuestionar y exigir no es ni de izquierda ni de derecha. Otra cosita, la riqueza se crea, claro, pero es deber de un Estado, creo yo, ocuparse de que todos los ciudadanos tengan las necesidades básicas cubiertas, y para eso debe distribuir; salvo que creamos que cada quien debe buscarse la vida cómo pueda (libreralismo salvaje), porque es ahí cuando millones de personas quedan marginadas. Un gusto que cuestione lo que en este espacio se dice, queremos más. ¿Ya es seguidor? Ah! otra cosa, no me muerdo la cola...si viera usted lo flaca y escuálida que la tengo...
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