¿Vieron
que dicen por ahí que todo se futbolizó? Bueno, si se fijan bien y paran la
oreja, se darán cuenta de que buena parte del periodismo político se mimetizó
terriblemente (en el sentido cabal del término) con el periodismo deportivo.
El
periodista deportivo no pregunta para saber qué opina el entrevistado, sino que
le pregunta para que avale su pensamiento (el del periodista), y si no lo hace
le dice que está equivocado o que se pone el casete pero que, obviamente, lejos
de los micrófonos opina otra cosa. El periodista deportivo tiene un dios objetivo e irrefutable: Los datos estadísticos; y un credo: las formaciones de todos los
equipos desde 1887 hasta nuestros días. El periodista deportivo es un hincha
que tiñe de científicas sus pasiones. Se maneja con datos y pensamientos matemáticos, no interpretables por ser rotundas verdades. Y el trato del
periodista deportivo con los protagonistas y los hechos se rige con esa misma
lógica. Si un técnico explica que entrena con pelota y no hace laburo de
gimnasio o ejercicios de táctica muy rígidos, se le dice que labura mal y que
es un vago que juega al bulbito, y esto lo dicen sólo porque ellos no están de acuerdo. Ayer en el relato de
Racing-Boca el relator de la R&P, les dijo varias veces idiotas e inútiles
al árbitro y los jueces de línea, y lo hizo porque no estaba de acuerdo cómo
era interpretado el reglamento por la máxima autoridad en el terreno de juego…
El
periodismo político, en este último tiempo, se futbolizó. Muchos cronistas,
opinólogos, conductores y editorialistas enfrentan al protagonista y a los
hechos con un único objetivo: ratificar
en sus dichos su propia interpretación de la realidad. Si no lo logran,
ningunean a los hechos y agravian y difaman a los protagonistas. Cerrados,
temerosos, improvisados, autoritarios, pueriles…así son estos periodistas, que
tildan a Matías Martin de tibio porque osó cuestionar ciertas cositas
chiquititas del discurso hegemónico oficialista; y a los radicales de
mercenarios y corruptos por haber votado a favor de la expropiación de YPF a
Repsol.
¿Eh, vieja, aguanten los colores!
¿Al contrario pisalo, Pisalo!
Saben que
no concibo un periodismo que no se ponga la camiseta, pero no me gusta el
periodismo barra brava, porque esos son grupos de tareas que lo primero que venden
son los colores, ya sean los nuestros o los de nuestros rivales…en ese punto son iguales.
DON
CHICHO
Pd: Esto
se aplica a la gran mayoría de periodistas deportivos (Recondo, Queijeiro,
Niembro, y miles más) y no a una minoría que por suerte existe (Bonadeo,
Martin, Latorre, y algunos más)
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