martes, 17 de julio de 2012

Los Caniggia y la maquinaria televisiva


 La maquinaria de Ideas del Sur se presenta muy simple: se crea o se presenta un personaje y se lo comienza a justificar y a apuntalar desde todos sus programas, el buque insignia, Showmatch, y todos los buquecitos de la tarde, la mañana y la noche. Se exprime fuertemente  estos productos hasta dejarlos secos. Y así hasta el infinito uno tras otro. En este algoritmo televisivo se explica el “fenómeno” Clan Caniggia. No considero que sea criticable de por sí esto que pasa en el programa más visto de la tele: una familia real que viste ropas de una familia virtual, funcional a la ficción que se armó para vender alfajores, estufas e ilusiones. Con mayor o menor brillo artístico, Mariana, Charlote y Alexander, se brindan complacidos a vivir aquellas vidas que los que los miran por la tele creen que tienen y que merecen ser vistas. Los familiares del hijo del viento no tienen la culpa de nada, cada uno labura de lo que puede, y en estos tiempos de crisis en España, un empleo familiar en Argentina con excelentes sueldos no debe despreciarse. Pero se los critica. A Mariana por frívola, a Charlote por frívola e ignorante, y a Alexander por frívolo, ignorante y ser más seco que un palo. El otro día escuchaba al muñeco Andino que horrorizado decía que en este país en el que muchos chicos llegan a comer con lo justo, y en el que faltan muchas cosas, es desgarrador que una nena tonta diga que se baña con yampein y que el otro nabín diga que lo único que le importa sea la joda. Y como Andino muchos: que la Nannis denigra a las mujeres, que Charlote hace apología de la ignorancia, que pregonan la ley del menor esfuerzo, que afirman como si nada que lo más importante es conseguir un tipo con guita que las mantenga…Y les pegan, y los critican, porque son malos y crueles y van a pudrir los valores sociales de nuestra querida república… Ahora bien, también están los defensores a ultranza del bizarro`s  way of life y de las ideas del sur del nuevo Isidoro Cañones del espectáculo, que no se cansan de repetir una frase que no se sabe bien por qué se presenta hoy como una verdad incuestionable: al que no le guste que cambie de canal, que eso es la libertad.  
Lo ideológico en las venas de la sociedad.

    Pasando en limpio: o la culpa la tienen los infradotados familiares de Claudio Paul que se meten en nuestras casas a devorarnos las pocas neuronas que nos quedan, o nosotros por dejarlos y no cambiar de canal. Así, la cosa parece simple. Pero la realidad es otra que la que muestra la epidermis de los medios. Al señor Andino y sus compinches opinólogos les digo que desde hace muuuuuchos años en el programa de Tinelli se cosifica a la mujer; se hacen chistes a expensas de los “diferentes” (no se sabe bien a quiénes), ya sean lisiados, homosexuales, enanos, psicóticos u oligofrénicos; se machaca con el imaginario de salvarse si se “engancha” a un empresario poderoso; se pondera al calavera que vive de joda, por sobre el que estudia y labura.; se ratifica la idea de que el que tiene dinero o cierto poder puede decidir por sobre el laburo de alguien y subirle o bajarle el pulgar sin tener la más puta idea de lo qué se trata lo que juzga...En este sentido, los Caniggia son sólo uno más de la lista. Y en relación al poder que tiene el control remoto, opino que no es cierta esa afirmación. Más allá de que cada uno pueda elegir qué ver en la tele, cada realizador debe hacerse responsable del producto que ofrece en un medio público, y debe responder por él. Directa o indirectamente, todo lo que dicen o hacen los Caniggia responde a un guión elaborado por Ideas del Sur. En ese engaño es en el que no hay que caer; los Caniggia y todos los demás participantes del show ejecutan una ficción. Lo que es abrumadoramente real es la constante penetración ideológica, cual suero que de a gotas nos inunda, de la que somos víctimas cada vez que miramos eso que miran todos.
DON CHICHO

1 comentario:

  1. No entiendo porqué tanta espuma por la NADA más absoluta.
    TODOS LOS CONTROLES REMOTOS tienen botoncitos que se usan para CAMBIAR de canal ó si la cosa se pone demasiado estúpida, APAGAR la tv.
    Y creo que no queda mucho más para decir. Ahora, si a uno le apasiona ver esas huevadas, pues que se dé el gusto y no será culpa de nadie.

    Saludos
    Tilo, 71 años.

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