Claro que tirarse contra un hospital público no es gratuito, ni siquiera para los pragmáticos del PRO. Existen muchas resistencias por parte de distintos sectores sociales, razón por la cual el avance se hace de a pasitos.
El abandono al que fue y es sometido el Borda es escalofriante. Hasta hace poco en ningún sector del hospital había gas. Durante dos inviernos los pacientes y profesionales debieron padecer esta situación, sumamente peligrosa por la facilitación que le otorga a muchas patologías en pacientes débiles de defensas. El pabellón central del Borda (que se estructura en un pabellón central y una herradura que lo abraza), fue abandonado literalmente. Los profesionales de los servicios deben llevar todo, hasta las lamparitas cuando se rompen. Los talleres protegidos, hace años que deben luchar por sostener sus edificios. La población está siendo diezmada lenta pero progresivamente. Se entregan altas a pacientes que no poseen los medios ni psíquicos ni sociales para mantenerse fuera del hospital. Al mismo tiempo se restringieron los ingresos, por lo que hay cada vez menos internos. Existe hace unos pocos años, una ley de salud mental que prioriza las externaciones por razones humanitarias. Esta ley se presenta lavada, pues el gobierno porteño no hace nada para cumplimentar con los requisitos de esas externaciones: casas de medio camino, hogares, programas de reinserción, etc. Hoy por hoy es una herramienta legal para vaciar el Borda.
Esto no puede arreglarlo |
La vicejefa de gobierno dijo, casi enojada,: son terrenos que no se usan, para justificar el robo. Con esta lógica, saquemos cada cama que se vacía en todos los hospitales...¡si total no se usan!.. No les demos ideas a estos señores...
Esto sí puede hacerlo |
DON CHICHO
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