martes, 5 de junio de 2012

Genética y política


Es costumbre que en La Nación publiquen, de vez en cuando, en la tapa y en las páginas interiores, notas relacionadas a la influencia de la genética en todo lo humano. La mayoría de las veces son informes bancados por laboratorios, clínicas de neurociencia, o universidades privadas, nacionales o extranjeras. Es así como la homosexualidad, la elección de una carrera, la adicción a la cocaína, la elección de una pareja, el gusto por la música, y demás deseos, elecciones y comportamientos humanos están determinados por la presencia o no de tal o cual gen en el ADN de cada persona.
Esta teoría, avalada quizás por lo científica y novedosa que se nos hace la genética, es sin embargo extremadamente arcaica, deshistorizada y vaciada de significación social. En los siglos 18 y 19 existían manuales que relacionaban la delincuencia con los distintos tipos de narices, o la prosperidad con las distintas estaturas de las personas, por ejemplo. El psicoanálisis y las teorías antropológicas históricas, a principio del siglo 20, rompieron con este determinismo radical que dejaba lo histórico y lo subjetivo fuera de toda elección. La realidad se construye, esto lo dice Freud en los primeros 1900. es por esto que la determinación de algo subjetivo o social a partir de un gen, se presenta heredera de las teorías previas al psicoanálisis y la medicina social.
La semana pasada, La Nación redobló la apuesta y publicó un informe en el que utilizando ideas de los científicos de Nueva Cork, afirmaba que la ideología se encuentra presente en el código genético de cada persona. Por esta razón, explicaban en el informe, ante una misma noticia, una persona opinaba una cosa y otra lo contrario.
Me quedo solo con eso. Es asombroso el intento de ciertos sectores por seguir sosteniendo que la realidad es objetiva y por ende solo existe una lectura correcta de ella. Sería muy tranquilizador para esos sectores que la homosexualidad se deba a un gen, que el de izquierda sea zurdito por un gen, o que el pobre sea pobre por un gen. Al puto le meterían falopa para anular su malformación, al zurdo lo declararían incapaz, y al pobre lo dirían que la vida es una mierda y que no existe solución. Es la perfección del modelo de supremacía racial nazi. Esta idea, que tratan de imponer como científica, es claramente ideológica y busca invisibilizar la movilización social, la diversidad sexual, lo político y lo social determinante de todo lo humano; y lo hace desde una intención política e ideológica muy fuerte de dominación.
Mi gen de viejo choto me dice que les diga que cuando Macri repite que él no es político sino administrador, y desmerece a todo lo político, se transforma en un clarísimo ejemplo de lo que trato de decir en estas líneas.
DON CHICHO

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