Rara muestra de la No Política. Curioso. |
Interesante nota la del domingo en La Nación en las que
presentaban a los “cibermilitantes”. Se trata de las personas que están detrás
de las páginas de Internet que agitan en contra del gobierno nacional. Y es
interesante porque allí se desnuda la trama de esta llamada expresión espontánea y autónoma de partido
alguno, que lleva a la calle a personas que se quejan, protestan y hacen
ruido cacerolil en las ciudades más grandes del país. Las páginas llevan nombres como estos: El Anti k, El Cipayo y Yo no
voté a la Kretina ¿y usted? Y las personas que las
administran dicen que ellas no son políticas, es más, que reniegan de la
política…que son simples ciudadanos de a
pie que se interesan por su futuro y quieren que las cosas se hagan de otro
modo. Contradiciéndose, Mariana Torres, dice: “Hacemos política, pero no
somos como los militantes de los partidos. Yo no me caso con nadie”; y es
curioso que diga esto quien administra una página llamada El anti K, y que
afirma que reciben llamados constantes del PRO, del espacio de Patricia Bulrich
y del Peronismo Federal. Son militantes, claramente, que ellos no se presenten así es otra cosa. Y poseen un
estilo definido de hacer política: se dicen apolíticos y reniegan de la
política; critican e intentan constantemente desestabilizar sin presentar ni
una propuesta; y hacen política sin pisar la calle, desde el marketing, sin
tener contacto con la gente y sus problemas concretos. Y todo esto desde una
crítica que tiene contenidos claros de neoliberalismo y ambiciones de derecha. Intentan instalar la idea de que lo que ellos
piden son derechos universales (y es por eso que lo apolitizan), para quitarle la
fuerte ideología que lo sostiene. Un ejemplo de esto es el tema de los dólares: “devuélvannos nuestra
libertad, déjennos comprar dólares”, una forma especulativa (como muchas otras)
presentada como un derecho inalienable.
Además, y es lo más propio de estas manifestaciones, para
mí, se quedan en las formas y no en el fondo. Nada dicen del modelo, de qué
tipo de Estado quieren, de cómo piensan ellos repartir la torta, si seguirán
yendo a paritarias, y demás. Ellos se centran en cuánto gasta la presidenta de
la Nación en los viajes oficiales, si
Moreno es más o menos antipático, si los van a dejar comprar Armanis a bajos precios,
si podrán viajar a Miami sin ser controlados por la Afip, y demás. También
meten para darle mayor peso a la cosa, la idea falaz de la ausencia de libertad
de prensa, y la cuestión de la corrupción, esta sí real y tremendamente
condenable, pero en cierto punto propia de la clase política argentina toda
(incluso y sobre todo de los apoyan ideológicamente los cacerolazos). Este
intento claro de volver a que nada importe, a que nadie se involucre porque la
política apesta, no busca más que dejar el campo libre para que cabalguen los
saqueadores, nacionales e importados, mientras nosotros miramos para otro lado.
Por eso una vez más decimos: Vivimos un gran momento, en el
que todo es política, y eso es muy bueno, así las caretas caen y nos vemos las
caras
DON CHICHO
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